lunes, 24 de mayo de 2010

Un deseo cumplido, una separación, una muerte segura

¡Traición! La más profunda y fuerte traición, como un balazo directo al corazón.

Amor, ¿Por qué a ella y no a mí? Tan idénticas, tan iguales, como dos gotas de agua, pero tan diferentes y tan opuestas, como el día y la noche.

Un huracán de emociones juntas atravesó mi cabeza.

Mi amor, mi único amor, ha sido atrapado por las redes de mi propia sangre, la misma sangre que corre por sus venas, corre en las mías… Tan idénticas, tan diferentes.

Al ver el beso, el beso de la traición, deseé su muerte. Siendo ella un reflejo mío, odio y aborrezco su rostro. ¿Por qué a ella y no a mí?

Hermana, tu corazón no late por los demás, es solo un músculo que obedece tus intereses. Tu ambición y egoísmo logran opacar tu luz. No logro hallar tu corazón, mientras llenas tu armario de púrpuras y rosados, vacías los corazones con tu ausencia de aquellos quienes te vieron crecer.

Tan iguales y tan opuestas. Hermana, no logro entenderte, tus ojos, tus oídos, tus manos, están cerradas al necesitado y llenas de materialismo evidente.

La traición marcó mi corazón, el odio y el resentimiento creció en mí y deseé tu muerte, deseé que muera una parte de ti para que vuelvas hacer parte de mí.

Tengo en mi mente el día que cambió nuestras vidas. En la Universidad a la cual tú y yo asistíamos, solicitaron a todos los estudiantes que se realicen unos exámenes médicos, pues un virus estaba afectando a la vida de muchos. Tú como siempre te mostraste indiferente, sin saber que aquel día todo cambió.

Saliste ignorante como siempre, a vivir tu vida. Mientras que yo recogí aquellos papeles que dictaron sentencia, una de nosotras no tenía mucho tiempo de vida… un deseo cumplido, una separación, una muerte segura.

Sabía que esto podría ser una salida de esa vida vacía en la cual vivías, tarde o temprano lo ibas a notar. Tu tiempo se estaba acabando, tan solo un mes quedaba para la despedida. No más compras compulsivas para saciar tu ambición, no más fiestas y desvelos con extraños que llamabas amigos. Tu vivir desenfrenado y sin consecuencias se acabó, el destino ha venido hacer justicia.

Y ahora ¿En qué gastarás tu dinero? ¿Podrás llevar contigo tus ajuares? ¿Llevarás contigo recuerdos dulces? No te niegues a aceptarlo, es tu destino, es tu camino. Aprovecha el tiempo que te queda, abre tus ojos, abre tus oídos, vive realmente en un mundo y no en tu fantasía egoísta.

Quiero que te des cuenta que hay algo más. Algo más que tus tontas ilusiones, que tus sueños vacíos y sin sentido. Hay seres que necesitan de tí y solo han recibido un frío rechazo, una dura traición. No pudiste darte cuenta como me matabas al ignorar mi voz, mis pasos, mis sentimientos a ese único amor, el cual tú hurtaste, sabiendo que mientras lo hacías sangraba mi corazón y con cada gota se formaba ese odio tan inmenso que siento por tí y el deseo más ferviente de verte morir.

Al despertar de tu tonta fantasía, te topaste con la realidad, y poco a poco, lo amargo se volvió dulce, pude conocer tu sonrisa y disfrutar de ella, pude ver tus manos llenas y dispuestas a ayudar. Tan idénticas y tan iguales, ahora te has vuelto parte de mí.

Te diste cuenta que ni tus tesoros y adornos, podían pintar tu felicidad ahora. Notaste que aquellos que solían reír contigo te abandonaron en un hoyo de soledad cuando más los necesitabas, pero encontraste amistad y afecto, pues te refugiaste en los brazos de los que vivimos a tu lado.

Pasaron los días y viviste tanto como nunca antes en tu vida. Disfrutabas cada momento, te llenaste de recuerdos, de amores, te enamoraste de la vida y la alegría se volvió tu amante.

El mes se cumplió y llegó el día, el día de nuestra despedida. Supe que no lo podría enfrentar, no podría ocultar más la verdad. Tienes que saberlo, los resultados fatales de aquellos exámenes marcaron un destino, y no fue el tuyo… sino el mío. ¡Sí! Mi sangre fue envenenada por aquel virus y soy yo la que debe cumplir con tu destino, por eso me alejo, muero sola y camino hacia un destino mejor.

Sé que estas pensando y tal vez no lo entiendas, sé que crees que cometí un error, pero no es solo un error. Yo me convertí en una asesina, ¿asesina? ¡Sí! Mate tu egoísmo, tu orgullo, mate tu ambición y codicia, pero sobre todo, mate lo que odiaba de ti.

Y vi nacer a mi reflejo, vi nacer aquella hermana que siempre deseé que fueras. Dulce, entregada, risueña y a quien amo tanto. Y ahora sé con todo mi corazón que te estás preguntando… ¿Por qué a ella y no a mí?

No hay comentarios.: